martes, 9 de julio de 2013

Esa cosa llamada Ciencia

¿Qué es esa cosa llamada ciencia? Alan F. Chalmers, 1
¿QUÉ ES ESA COSA LLAMADA CIENCIA?
Alan F. CHALMERS,
Siglo XXI Editores, Argentina, 1988.
Sinopsis
INTRODUCCION:
Este libro es de gran utilidad para aquellos que se introducen en el estudio de la
naturaleza de la ciencia. Expresa las diferentes teorías científicas en forma clara y
amena, como por ejemplo, El INDUCTIVISMO y el FALSACIONISMO - en opinión
del autor, dos enfoques simples pero inadecuados-; los PARADIGMAS de KUHN, los
PROGRAMAS DE INVESTIGACIÓN de LAKATOS, el RELATIVISMO, el
OBJETIVISMO y la postura de FEYERABEND –entre otras-.
1. EL INDUCTIVISMO: LA CIENCIA COMO CONOCIMIENTO DERIVADO
DE LOS HECHOS DE LA EXPERIENCIA
Para el INDUCTIVISMO INGENUO, la ciencia se inicia con la OBSERVACIÓN. Para
ello se requiere que el observador científico tenga los órganos de los sentidos en
condiciones normales y esté libre de prejuicios. A los enunciados a los que se llega
mediante la observación se los conoce bajo la denominación de enunciados
observacionales, de los cuales se derivarán, mediante la generalización, teorías y leyes
que constituirán el conocimiento científico.
Podemos distinguir entre dos tipos de enunciados observacionales: (a) los singulares,
derivados de la observación de un determinado fenómeno, en un determinado momento
y lugar y (b) los generales, que hacen referencia a todos los acontecimientos de un
determinado tipo en todos los lugares y en todos los tiempos. Las leyes y teorías que
forman el conocimiento científico son enunciados de este tipo, que se llaman
universales.
Las condiciones que deben cumplir los enunciados observacionales singulares para
establecer generalizaciones universales son tres y son las siguientes:
a) Que el número de enunciados observacionales sea grande, vale decir, no es lícito
establecer una generalización a partir de una sola observación. Se trata de una condición
necesaria.
b) Que las observaciones se repitan en una amplia variedad de condiciones.
c) Que ningún enunciado observacional aceptado contradiga la ley universal derivada.
Ésta es una condición esencial.
El tipo de razonamiento que nos permite ir de los enunciados singulares a los
universales, es decir, de la parte al todo, se llama RAZONAMIENTO INDUCTIVO, y
el proceso, INDUCCIÓN.
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Razonamiento Deductivo
Una vez que se disponen de leyes y teorías universales, se podrán extraer de ellas
consecuencias varias que servirán de explicaciones y predicciones –características
ambas importantes de la ciencia-. El razonamiento empleado para obtener estas
derivaciones se lo conoce con el nombre de RAZONAMIENTO DEDUCTIVO. La
Lógica es la disciplina que estudia este tipo de razonamiento. Cabe recordar que la
lógica y la deducción por sí solas NO pueden establecer la verdad de enunciados
fácticos, dado que puede haber deducciones válidas donde una de las premisas y la
conclusión sean falsas.
Para el INDUCTIVISMO, la fuente de la verdad de un enunciado NO está en la lógica
sino en la experiencia, en la observación. Tras el establecimiento de enunciados
mediante la observación y la inducción, se puede deducir de ellos la predicción. El
camino sería el siguiente: de la observación, mediante la inducción, se establecen leyes
y teorías; de éstas mediante, la deducción, se derivan predicciones y explicaciones.
2. EL PROBLEMA DE LA INDUCCION
La validez y la justificabilidad del principio de inducción pueden ponerse en duda. En
relación a la validez, se sostiene que las argumentaciones lógicas válidas se caracterizan
por el hecho que si la premisa es verdadera, la conclusión debe ser verdadera. Esto es lo
propio en las argumentaciones deductivas. Pero las argumentaciones inductivas no son
argumentaciones lógicamente válidas. Podría darse el caso de conclusiones falsas con
premisas verdaderas, sin que esto constituya una contradicción. Ejemplo: se observó en
repetidas ocasiones y en variadas circunstancias cuervos negros. Pero no hay garantías
lógicas que el próximo cuervo que se observe no sea rosa. Si así sucediera, la
conclusión “todos los cuervos son negros” sería falsa. Respecto a la justificabilidad, los
inductivistas emplean la inducción para justificar la inducción –lo que constituye una
definición circular y el denominado “problema de la inducción”-. La inducción no se
puede justificar sobre bases estrictamente lógicas.
Si bien la inducción funciona en algunas ocasiones, por ejemplo, en las leyes de la
óptica y del movimiento planetario, presenta algunas desventajas:
a) Determinar cuánto es “un número de enunciados observacionales grande”.
b) Determinar cuánto es “una amplia variedad de circunstancias”.
Un modo de atenuar la postura del inductivismo ingenuo consiste en recurrir a la
probabilidad: ya no se afirma que las generalizaciones a las que se han arribado
mediante la inducción sean perfectamente verdaderas, sino probablemente verdaderas.
Esta concepción sin embargo, mantiene las desventajas ya mencionadas.
3. LA OBSERVACION DEPENDE DE LA TEORIA
Se criticará el estatus y el papel que desempeña la propia observación.
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El inductivismo ingenuo tiene dos supuestos en relación a la observación, ambos
falsos:
1) La ciencia comienza con la observación.
2) La observación da una base segura para derivar el conocimiento.
1) Se sabe que dos personas que observen el mismo objeto desde el mismo lugar y en
las mismas circunstancias no tienen necesariamente idénticas experiencias visuales
aunque las imágenes que se produzcan en sus retinas sean prácticamente idénticas. Lo
que un observador ve depende en parte de su cultura (su experiencia, sus expectativas,
sus conocimientos) y su estado general. Se suma a esto el hecho de que las teorías
preceden a los enunciados observacionales, es decir, los enunciados observacionales se
hacen en el lenguaje de alguna teoría. Por lo tanto, es falso que la ciencia comienza con
la observación.
2) Los enunciados observacionales son tan falibles como las teorías que presuponen y
por lo tanto el hecho de ser base completamente segura sobre la cual edificar leyes y
teorías científicas es erróneo.
Para establecer la validez de un enunciado observacional es necesario apelar a la teoría;
las observaciones siempre se realizan a la luz de alguna teoría.
Esta postura es contraria a la que sostienen los inductivistas, que ven en la observación
la fuente del conocimiento.
Los inductivistas más modernos establecen una diferencia entre el modo de
descubrimiento de una teoría y su modo de justificación. Admiten que las teorías se
pueden concebir de distintas maneras, por ejemplo, tras un momento de inspiración,
accidentalmente o tras períodos de observaciones.
Se sabe que usualmente las teorías son concebidas antes de hacerse las observaciones
que las comprueban. Para los acérrimos defensores del inductivismo, las teorías sólo
tienen sentido si se pueden verificar mediante la observación. Pero no se puede
mantener esta división tajante entre teoría y observación ya que esta última está influida
por la teoría.
4. INTRODUCCION DEL FALSACIONISMO
Para los falsacionistas, la teoría guía la observación y por lo tanto, la presupone.
Conciben a las teorías como suposiciones provisionales, que deberán ser corroboradas
por la observación y la experimentación. De no pasar la prueba, habrá que refutarlas y
reemplazarlas por otras. Si bien no se puede decir que una teoría sea verdadera, sí se
puede afirmar que es la mejor que se dispone. La ciencia avanza en virtud de conjeturas
y refutaciones.
La CIENCIA es considerada como un conjunto de hipótesis -que deberán ser
probadas- para explicar o describir aspectos del mundo. Si bien no todas las hipótesis
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pueden hacerlo, TODAS deben ser FALSABLES, es decir, susceptibles de ser falsadas.
No hay que confundir hipótesis falsas con hipótesis falsables. Una hipótesis es falsable
si existe un enunciado observacional o un conjunto de ellos lógicamente posibles que
sean incompatibles con ella, es decir, que en caso de ser verdaderos, falsarían la
hipótesis. Ej: La afirmación “Los lunes nunca llueve” es falsable porque se puede falsar
al observar que un día lunes llueve. Hay enunciados que no son falsables directamente,
como por ejemplo el que dice “O llueve o no llueve” dado que ningún enunciado
observacional lógicamente posible puede refutarlo.
Karl Popper es un representante del falsacionismo.
Para el falsacionista, las hipótesis científicas deben ser falsables, además de
informativas, dando cuenta de cómo el mundo se comporta en ciertas circunstancias y
no cómo posiblemente (lógicamente) podría hacerlo –pero no lo hace-. Cuanto más
falsable es una teoría, mejor es.
Una teoría muy buena será aquélla que:
a) hace afirmaciones de muy amplio alcance,
b) por lo tanto es sumamente falsable y
c) que resista la falsación cada vez que se la someta a prueba (es decir, no se la pueda
refutar).
Las teorías con alto grado de falsabilidad son preferibles a las menos falsables. Cuanto
más falsable sea una teoría, más afirma y mejor será entonces -siempre y cuando no sea
falsada-. Las teorías falsadas deben ser rechazadas terminantemente.
Los falsacionistas exigen que las teorías que se formulen sean sumamente falsables;
así, las teorías serán establecidas con claridad. Lo mismo ocurre con la precisión: cuanto
más precisamente se formule una teoría, más falsable será.
Para el falsacionismo el PROGRESO DE LA CIENCIA se da ante el planteamiento
de problemas. Con el objetivo de solucionar los mismos, se formularán hipótesis
falsables. Estas hipótesis deberán ser criticadas y comprobadas. Resultará que algunas
de ellas deberán ser eliminadas (dado que fueron falsadas) y otras, puede que resistan
las primeras evaluaciones pero deberán seguir sometiéndose a críticas y pruebas cada
vez más rigurosas. Aquéllas hipótesis rechazadas o falsadas tras superar varias pruebas
rigurosas, vendrán a plantear un nuevo problema el cual está alejado del problema
original ya resuelto. Este nuevo problema surgido exige la formulación de nuevas
hipótesis que requieren a su vez probarse, y así indefinidamente se da el proceso de
construcción de la ciencia.
Si bien nunca se puede decir que una teoría sea verdadera –pese a haber superado
múltiples pruebas- sí se puede decir que sea superior a otras, en virtud de haber
superado pruebas que las teorías predecesoras falsaron. Se debe tener en cuenta que los
problemas que se plantean, siempre se hacen a la luz de alguna teoría, y no de la
observación como sostienen los inductivistas.
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5. EL FALSACIONISMO SOFISTICADO, LAS NUEVAS PREDICCIONES Y
EL DESARROLLO DE LA CIENCIA
La concepción falsacionista sofisticada de la ciencia plantea una imagen dinámica de
la misma, al ya no preguntarse sobre la posibilidad de una teoría de ser falsable o la
medida en que lo es sino al proponer si la teoría recién propuesta –la nueva- puede
sustituir a su predecesora. Toda nueva teoría que sea más falsable y que prediga
fenómenos que su rival no consideraba, es digna de atención.
Para el falsacionismo, podemos establecer la falsedad pero no la verdad de las teorías
a partir de los enunciados observacionales de que se disponen. Así, una hipótesis podrá
ser falsada –en este caso deberá ser eliminada- o confirmada –ha pasado la prueba
experimental u observacional-. Las confirmaciones de nuevas predicciones resultantes
de conjeturas audaces son muy importantes en la concepción falsacionista del desarrollo
científico.
“Audaz” y “nuevo” son adjetivos que para el falsacionismo son históricamente
relativos y que se emplean para las hipótesis y las predicciones respectivamente. La
hipótesis que puede resultar audaz en un momento de la historia de la ciencia –y cuya
predicción será nueva-, no lo será en un momento posterior. Es audaz en la medida en
que está en conflicto con las teorías generalmente aceptadas en la época, el
conocimiento básico.
Las hipótesis prudentes se refieren a los conocimientos bien establecidos y que no son
problemáticos. Por otra parte, la confirmación de conjeturas audaces supondrá la
falsación de alguna parte del conocimiento básico con respecto al cual eran audaces las
hipótesis.
Respecto a la CONFIRMACION, los inductivistas y los falsacionistas tienen
concepciones diferentes. Mientras que para los inductivistas el contexto histórico en el
que se obtiene la evidencia carece de importancia, dado que las confirmaciones se
obtienen por inducción, estableciéndose la probabilidad de la verdad de las teorías, para
los falsacionistas las confirmaciones están en estrecha dependencia respecto de su
contexto histórico, quien confiere el carácter de audaces a las hipótesis.
6. LAS LIMITACIONES DEL FALSACIONISMO
Los falsacionistas, tanto los ingenuos como los más sofisticados, sostienen que si bien
las teorías se pueden falsar de modo concluyente acorde a las pruebas correspondientes,
no se puede establecer su verdad o la probabilidad respecto a la verdad. Este hecho
confiere a las teorías el carácter de ser conocimiento provisional.
Pero los enunciados observacionales dependen de la teoría y son falibles; éste es un
inconveniente para el falsacionismo. Puede suceder que un enunciado universal que
constituye una teoría choque con algún enunciado observacional, y sea este enunciado
observacional el que esté equivocado y no la teoría. O puede suceder que sea un
supuesto auxiliar de la teoría el que falle. Por lo tanto, no se puede falsar
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concluyentemente una teoría porque no se puede determinar que la responsable de una
predicción errónea sea alguna parte de la comprobación y no la teoría.
Diversos ejemplos de la ciencia nos muestran que ni el inductivismo ni el
falsacionismo constituyeron la concepción de la ciencia compatibles con ellos: hay
teorías que no fueron descubiertas por la observación ni por la experimentación ni por la
falsación de hipótesis audaces.
7. LAS TEORIAS COMO ESTRUCTURAS:
1. LOS PROGRAMAS DE INVESTIGACION
Tanto las concepciones inductivista como falsacionista de la ciencia son, además de
muy poco sistemáticas, incapaces de describir adecuadamente teorías complejas. Para
dar una idea más adecuada de las teorías, hay que concebirlas como totalidades
estructuradas. Esto se debe a tres razones: a) según un estudio de la historia de la
ciencia, la evolución y el progreso de las ciencias principales muestran una estructura
que ni el inductivismo ni el falsacionismo puede abordar. b) El significado de los
conceptos depende de la estructura de la teoría en la que aparecen y la precisión de
aquellos depende de la precisión y el grado de coherencia de ésta. Los conceptos
adquieren su significado, en parte del rol que ejercen en una teoría. c) razón que surge
de la necesidad de desarrollo de la ciencia, dice que la ciencia avanzará de manera más
eficaz si las teorías están estructuradas de modo tal que contengan indicaciones y
prescripciones acerca de cómo deben desarrollarse y ampliarse. Así, su estructuración
debe contener un programa de investigación.
Imre Lakatos, con el propósito de mejorar el falsacionismo popperiano y superar las
objeciones formuladas a éste, desarrolló su concepción de la ciencia en Programas de
Investigación, considerando a las teorías como estructuras organizadas.
El programa de investigación lakatosiano se define como una estructura cuya utilidad
consistirá en guiar, tanto positiva como negativamente, la futura investigación. Los
programas de investigación serán “progresistas” si llevan al descubrimiento de
fenómenos nuevos; y serán “degeneradores” si no lo hacen.
Los elementos que constituyen este programa son el núcleo central y el cinturón
protector, siendo este primer elemento mencionado una característica definitoria de este
tipo de programa, además de las heurísticas positiva y negativa.
Entendemos por núcleo central las hipótesis teóricas muy generales que constituyen la
base a partir de la cual se desarrolla el programa; cabe aclarar que los núcleos son
aceptados e infalsables. Un ejemplo de núcleo central de la astronomía copernicana lo
constituye la hipótesis que dice que la Tierra y los planetas giran alrededor de un sol
inmóvil y que la Tierra gira una vez al día sobre su eje. Cualquier desajuste habido en la
confrontación entre un programa de investigación y los datos observacionales no habrá
que atribuírselo al núcleo central sino al cinturón protector, aquella otra parte de la
teoría conformada por el conjunto de hipótesis auxiliares, supuestos subyacentes de las
condiciones iniciales y enunciados observacionales.
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El cinturón protector puede modificar su contenido; no así el núcleo central; de
modificarse éste, implicaría apartarse de ese programa de investigación. Para Lakatos,
los científicos deben decidir aceptar el núcleo central del programa –no sólo lo que
serían los enunciados singulares como sostendría Popper sino los enunciados
universales-.
La heurística positiva, aspecto del programa que dice lo que debe hacerse y lo que no,
indica cómo debe completarse el núcleo central para explicar y predecir fenómenos
varios. Serán las confirmaciones –deberá someterse el programa a pruebas
observacionales- y no las falsaciones quienes tendrán vital importancia. Se pide que al
menos, de vez en cuando, el programa resulte exitoso cuando se deban realizar
predicciones nuevas que se confirmen.
La heurística negativa indica que no se puede rechazar ni modificar los supuestos
básicos subyacentes al programa, que constituye su núcleo central.
De lo ya dicho se desprenden dos cuestiones fundamentales que hacen a un programa
de investigación:
a) Debe tener un grado de coherencia tal que permita la elaboración de un programa
para la futura investigación.
b) Debe llevar a nuevos descubrimientos, por lo menos de vez en cuando.
Respecto a la METODOLOGÍA dentro de un programa de investigación, la misma debe
ser analizada desde dos puntos de vista: 1) dentro de un solo programa, 2) en la
comparación entre programas rivales.
En lo referente al 1er. punto de vista, puede haber expansión y modificación del
cinturón protector, mediante la inclusión de nuevas hipótesis. Los requisitos que estas
hipótesis deben cumplir son que deben ser comprobables independientemente y que no
deben ir contra los postulados del núcleo central.
Gracias al núcleo central y a la heurística positiva es posible mantener el orden. Las
comprobaciones experimentales son las que determinan el rechazar o aceptar una
hipótesis. Las hipótesis que sobrevivan, serán conservadas en carácter provisional;
aquéllas que no lo hagan, deberán ser rechazadas (aunque puede suceder que sean
consideradas nuevamente a la luz de alguna otra hipótesis).
Respecto al 2do. punto de vista, los méritos de los diversos programas se deben juzgar
por la medida en que dichos programas progresan o degeneran. Si esto último sucede, se
da paso a un programa rival más progresista.
Un problema que aquí se plantea hace referencia al tiempo que deberá transcurrir para
considerar si un programa de investigación ha degenerado o no, si es capaz de llevar al
descubrimiento de nuevos fenómenos o no. Nunca se puede decir que un programa haya
degenerado, dado que siempre es posible que una modificación en su cinturón protector
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lleve a algún descubrimiento y haga que el programa entre así en una fase progresista.
Por lo tanto, no se puede establecer de modo absoluto que un programa sea mejor que
otro rival; sólo retrospectivamente se podrá establecer la bondad entre programas
rivales.
8. LAS TEORIAS COMO ESTRUCTURAS:
2. LOS PARADIGMAS DE KUHN
Un rasgo característico de su concepción es la importancia dada al carácter
revolucionario del progreso científico, donde una revolución implica el abandono de
una estructura teórica y su reemplazo por otra, incompatible con la anterior.
Lakatos y Kuhn tienen puntos en común: ambas concepciones filosóficas deben resistir
a las críticas basadas en la historia de la ciencia.
Se debe tener en cuenta que la concepción kuhniana es anterior a la lakatosiana.
Por otra parte, la postura kuhniana se diferencia de la lakatosiana en el hincapié que
hace el primero en los factores sociológicos.
Thomas Kuhn expresa su idea acerca del progreso de la ciencia por medio del
siguiente esquema abierto:
{Preciencia – Ciencia Normal – Crisis – Revolución – Nueva Ciencia Normal –
Nueva Crisis}
Introduce la noción de Paradigma, el cual está constituido por supuestos teóricos,
leyes y técnicas de aplicación que deberán adoptar los científicos que se mueven dentro
de una determinada comunidad científica. Los que trabajan dentro de un paradigma,
ponen en práctica la ciencia normal. Es probable que al trabajar en ella, que desarrollará
el paradigma en su intento por explicar el comportamiento de aspectos del mundo,
resulten dificultades (por ejemplo, se encuentren con aparentes falsaciones). Si estas
dificultades se hacen inmanejables, se desarrollará un estado de crisis. Ésta se resolverá
con el surgimiento de un paradigma totalmente nuevo, el cual cobrará cada vez mayor
adhesión por parte de la comunidad científica, hasta que finalmente se abandone el
paradigma original. Este cambio discontinuo entre paradigmas constituye una
revolución científica. El nuevo paradigma enmarcará la nueva actividad científica
normal, hasta que choque con dificultades y se produzca una nueva crisis y una nueva
revolución.
Una CIENCIA MADURA se rige por un solo paradigma, quien establece las normas
que dan legitimidad al trabajo que se realiza dentro de la ciencia que rige, incluyendo la
resolución de problemas que se presentan. Para Kuhn, será justamente la existencia de
un paradigma que pueda apoyar una tradición de ciencia normal lo que establecerá la
diferencia entre lo que es CIENCIA y lo que no lo es. Carecer de paradigma implica no
poseer el estatus de ciencia.
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Los paradigmas están compuestos por: leyes explícitamente establecidas, supuestos
teóricos, maneras normales de aplicación de las leyes, instrumental y técnicas
instrumentales, prescripciones metodológicas muy generales y como componente
adicional, algunos principios metafísicos muy generales.
La CIENCIA NORMAL es descripta por Kuhn como una actividad de resolver
problemas gobernada por las reglas del paradigma en cuestión. El paradigma deberá
proveer los medios para solucionar los problemas que en él se formulan. Aquellos
problemas que no puedan ser solucionados, serán entendidos como anomalías y como
fracasos del científico, más que como falsaciones e insuficiencias del paradigma. Kuhn
reconoce que todos los paradigmas contienen algunas anomalías y sostiene además que
un científico normal no debe criticar el paradigma en el cual se encuentra trabajando.
Lo que diferencia a la CIENCIA NORMAL, madura, de la PRECIENCIA, inmadura,
es la falta de acuerdo en lo fundamental. La Preciencia se caracteriza por el total
desacuerdo y el constante debate de lo fundamental, llegándose a establecer casi tantas
teorías como teóricos haya trabajando.
La existencia de problemas sin resolver dentro de un paradigma no constituye en sí
una crisis. Se sabe que en los paradigmas siempre habrá anomalías. Las anomalías
pueden desarrollarse de modo tal que le resten confianza, es decir, que afecte los
fundamentos del paradigma. En esta situación estamos ante una crisis. La misma
comienza a manifestarse con un período de “inseguridad profesional marcada”: se
intentará defender los nuevos argumentos y el descontento respecto al paradigma en el
cual se está trabajando aparecerá.
La crisis se agravará si aparece en escena un paradigma rival.
El nuevo paradigma será distinto e incompatible con su predecesor; constituyen
ópticas diferentes del mundo y será adoptado no por un solo científico en particular sino
por la comunidad científica en su totalidad.
Para Kuhn, su concepción acerca de la ciencia es una teoría y no una descripción en la
medida que explicita las funciones que tienen sus componentes. Reconoce que las
funciones de LA CIENCIA NORMAL Y LAS REVOLUCIONES son necesarias:
mientras se está en período de Ciencia Normal, se pueden desarrollar los detalles de las
teorías, resolver problemas y realizar trabajos teóricos y experimentales. Se requiere
que, en cierta medida, la ciencia normal sea acrítica; de lo contrario, se estaría
permanentemente discutiendo la licitud de los supuestos y métodos y no se llegaría a
realizar trabajos detallados. Las Revoluciones son la oportunidad de pasar de un
paradigma a otro mejor. Si se desarrolla una crisis, el pasaje de un paradigma a otro se
hace necesario, y este paso es esencial para el progreso de la ciencia. Si no hubiera
“revoluciones”, la ciencia quedaría atrapada en un solo paradigma y no se avanzaría
más allá de él, lo que constituiría para Kuhn un grave defecto.
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9. RACIONALISMO CONTRA RELATIVISMO
Las posturas de Kuhn y Lakatos son contrarias en cuanto a lo que debe considerarse
“ciencia” y “no ciencia”. Se emplearán los conceptos de “Racionalismo” y
“Relativismo” respectivamente para dar cuenta de dos concepciones acerca de la
valoración, la elección de la teoría y la demarcación entre ciencia y no ciencia.
Para los RACIONALISTAS, sólo serán científicas aquellas teorías que puedan ser
valoradas en términos universales y que sobrevivan a la prueba.
Los RELATIVISTAS sostienen que las teorías son siempre relativas al individuo o a
la comunidad científica que las sostienen. Por lo tanto, serán juzgadas en función de los
valores que cada individuo o comunidad posea.
10. OBJETIVISMO
Esta concepción –contraria al la del individualismo- sostiene que los datos del
conocimiento tienen características independientes de las creencias y la conciencia de
las personas que los conciben y las aprecian.
El individualismo sostendrá que el conocimiento se entiende en términos de las
creencias que los individuos poseen.
Para el objetivismo, el conocimiento es considerado como algo que está afuera de la
mente o cerebro de las personas. Las proposiciones tienen propiedades “objetivas”.
Esta postura, adoptada por el autor siguiendo a Musgrave, fue defendida por Popper,
Lakatos y Marx. Para Popper, podemos distinguir dos sentidos de conocimiento: a) el
conocimiento o pensamiento en sentido subjetivo –que se refiere al estado de la mente o
de la conciencia- y b) el conocimiento o pensamiento en sentido objetivo, por el cual el
conocimiento no depende de la pretensión de la persona de conocer ni de sus creencias,
disposición a afirmar o a actuar. Resulta así, un conocimiento sin conocedor, sin sujeto
que conoce. Por su parte, Lakatos se propuso que la metodología de sus programas de
investigación fueran una explicación objetivista de la ciencia. El materialismo histórico
de Karl Marx plantea una concepción objetivista de la sociedad: los hombres nacen en
una estructura social que los preexiste, la cual no eligen y su conciencia se forma por lo
que hacen y experimentan en dicha estructura.
11. UNA CONCEPCION OBJETIVISTA DEL CAMBIO DE TEORIA EN LA
FISICA
En este capítulo se analiza la concepción de cambio de teoría ofrecida por Lakatos
que, en opinión del autor, no es tal.
El programa de investigación lakatosiano plantea la existencia de un núcleo central –el
cual se acepta- y de una heurística positiva –que demarcará aquello a investigar-.
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Al no dar Lakatos ni Popper prescripciones adecuadas para la elección de teoría, no
dan una explicación del cambio de teoría.
La concepción de cambio de teoría en la física que se pretende dar implica tener en
cuenta la noción de oportunidad objetiva. Dada una teoría y su práctica, habrá diversas
oportunidades para desarrollarla. El concepto de grado de fertilidad hace referencia al
conjunto de oportunidades objetivas presentes en un programa de investigación en algún
momento de su desarrollo. Estas oportunidades serán una propiedad objetiva del
programa -más allá del grado de conciencia que tenga la persona- e indican el punto
hasta el cual el programa tiene oportunidades de desarrollarse y abrir nuevas vías de
investigación. Este concepto difiere del de heurística positiva de Lakatos, el cual
implica una política de investigación que el científico adhiere con algún grado de
conciencia.
La noción de grado de fertilidad es blanco de objeciones varias.
Una concepción objetivista del cambio de teoría considera no sólo los grados de
fertilidad de programas rivales –que deberán llevar a nuevas predicciones- sino también
su éxito en la práctica.
Esta concepción de cambio de teoría no considera que la ciencia progrese
espontáneamente sino que sostiene que el proceso del cambio trasciende las intenciones
y decisiones(por ejemplo, metodológicas) conscientes de los físicos.
A corto plazo, el progreso de la física deberá considerar –entre otras cuestiones- la
personalidad de los científicos pero a largo plazo, el progreso de la física será según la
concepción del cambio de teoría sostenida por el autor.
12. LA TEORIA ANARQUISTA DEL CONOCIMIENTO DE FEYERABEND
Feyerabend sostiene que las metodologías de la ciencia a lo largo de la historia no han
dado reglas adecuadas para guiar las tareas de los científicos. Dada la complejidad de la
historia, resultaría poco razonable pretender explicar la ciencia basándose en reglas
metodológicas –fijas y universales-. Si por metodologías se entiende reglas que guían
las elecciones y decisiones de los científicos, el autor acuerda con Feyerabend. Por su
parte, Lakatos ofrece una metodología que no proporciona reglas para la elección de un
programa o teoría sino criterios que ayudan a la persona a evaluar la situación histórica
en la que toma sus decisiones.
Para Feyerabend, no es aconsejable que las elecciones y decisiones de los científicos
estén obligadas por las metodologías científicas.
Un concepto importante para Feyerabend es el de inconmensurabilidad, el cual hace
referencia a la dependencia de los enunciados observacionales de la teoría. Si dos
teorías rivales son tan diferentes que no resulta posible compararlas lógicamente, se dice
que ambas teorías serán inconmensurables. Las teorías inconmensurables podrán
compararse teniendo en cuenta diferentes criterios, por ejemplo, la coherencia. Se
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destaca que la elección entre criterios es subjetiva, enunciándose asimismo la existencia
del elemento subjetivo en la ciencia.
Respecto a la ciencia y otras formas de conocimiento, se destaca la superioridad que
suelen atribuirle a la ciencia los defensores de la misma. Feyerabend no reconoce
necesariamente la superioridad de la ciencia sobre otras formas de conocimiento. Y
defiende una “actitud humanitaria” al reconocer la libertad de los individuos, en por
ejemplo, la elección entre ciencia/otras formas de conocimiento o su defensa respecto a
la supresión de los imperativos metodológicos -ya especificada en párrafos anteriores-.
Sin embargo, reconoce límites -de índole físicos, fisiológicos sociológicos e históricosa
esta libertad.
En opinión de Chalmers, el ideal de sociedad libre de Feyerabend no constituye de
ayuda. Pareciera así que todos deberían seguir sus pareceres y hacer lo que quisieran.
13. REALISMO, INSTRUMENTALISMO Y VERDAD
Respecto a la relación entre las teorías científicas y el mundo al que se las pretende
aplicar, existen dos puntos de vista a los que se denomina “Realismo” e
“Instrumentalismo”.
Según las posturas realistas, las teorías describen o pretenden describir qué es el
mundo. Estas posturas conllevan la idea de verdad, ya que la ciencia aspira a dar
descripciones verdaderas de lo que es realmente el mundo. Así, la teoría que describa
correctamente algún aspecto del mundo y su modo de comportamiento será verdadera o
cierta. En esta concepción, el mundo existe independientemente de nosotros y de
nuestro conocimiento teórico de él. De acuerdo a la concepción alternativa, el
instrumentalismo, las teorías son instrumentos cuya finalidad es relacionar un conjunto
de estados de cosas observables con otros. La idea de verdad es más restringida: las
descripciones del mundo observable serán verdaderas o falsas según lo describan o no
correctamente. Aquí las teorías no serán evaluadas por su verdad o falsedad sino por su
utilidad como instrumentos. Para el instrumentalista ingenuo, a la ciencia no le
corresponde establecer lo que puede haber más allá de la observación. La ciencia no nos
otorga un medio seguro de llenar el hueco entre lo observable y lo inobservable. Los
instrumentalistas comparten así con los inductivistas la postura de no afirmar nada que
no sea derivado de la observación.
Acorde al Realismo, la única teoría viable que satisfacería la concepción de verdad es
la “Teoría de la Verdad como Correspondencia”. Según la misma, una frase es
verdadera si corresponde a los hechos, es decir, si las cosas son como dice la frase que
son. Pero sólo se puede hablar de los hechos a los que se refiere una teoría, y a los que
se supone que corresponde, empleando los conceptos de la propia teoría. Los hechos no
son comprensibles independientemente de nuestras teorías.
Una contribución de Popper a la concepción de la ciencia como búsqueda de la verdad
fue la idea de aproximación a la verdad, o verosimilitud. La ciencia progresa
acercándose cada vez más a la verdad. Así, la teoría de Newton es mejor que la de
Galileo en cuanto a la aproximación a la verdad. Pero la concepción popperiana del
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progreso como aproximación a la verdad tiene un carácter instrumentalista que choca
con las intenciones realistas de Popper, por ejemplo, con la afirmación de que la ciencia
intenta describir y explicar la realidad.
14. REALISMO NO REPRESENTATIVO
Desde la óptica que el autor desea defender, el mundo físico está constituido de tal
forma que nuestras teorías físicas actuales son aplicables a él en algún grado. La
finalidad de la física será establecer los límites de aplicabilidad de las teorías actuales y
desarrollar teorías que sean aplicables al mundo con un mayor grado de aproximación
en diversas circunstancias. Este punto de vista será denominado como Realismo No
Representativo, el cual es realista en dos sentidos: a) se parte del supuesto de que el
mundo físico es como es independientemente de nuestros conocimientos sobre el
mismo; b) se parte del supuesto de que, en tanto las teorías son aplicables al mundo, lo
son siempre dentro y fuera de las situaciones experimentales. Sin embargo, no es
representativo, en tanto no conlleva una teoría de la verdad como correspondencia. No
se pueden juzgar las teorías desde el punto de vista de la descripción del mundo tal
como realmente es, dado que no hay acceso al mundo independientemente de un cuerpo
teórico que permita valorar tales descripciones. Esto choca con las nociones propias del
sentido común. Sí se pueden juzgar las teorías desde el punto de vista del grado en que
abordan exitosamente algún aspecto del mundo.
El realismo no representativo es más compatible que las tesis realistas habituales con
el hecho de que nuestras teorías son productos sociales sujetos a un cambio radical.
Nuestras teorías son un tipo especial de producto social, aunque no esté socialmente
determinado el grado en que son capaces de abordar el mundo físico –que no es un
producto social-.
La descripción del realismo no representativo en cuanto a la aplicabilidad de las
teorías al mundo es, en opinión del autor, vaga. Y aquí radica el punto fuerte de la
postura: la forma en que se teoriza acerca del mundo es algo a descubrir y no algo a
establecer de antemano mediante argumentos filosóficos.
En opinión del autor, la cuestión que da título a este libro es engañosa y presuntuosa.
Presupone que hay una sola categoría de “ciencia” e implica que diversas áreas del
conocimiento –física, biología, historia, etc.- entran o no dentro de esta categoría. Los
filósofos no tienen recursos que les permitan fijar los criterios que deben ser satisfechos
para que un área de conocimiento sea considerada científica. Toda área de conocimiento
puede ser analizada por lo que es: investigando sus fines, sus métodos para lograrlos, su
grado de éxito en dicha prosecución; y podrá ser criticada al criticarse estos mismo
puntos. Desde esta perspectiva, no se necesita la categoría de “ciencia” para que una
parcela de conocimiento sea considerada como tal o como no ciencia.
La postura del autor es relativista en tanto niega la existencia de un criterio absoluto
con respecto al cual valorar o juzgar las teorías. No hay una categoría general de
“ciencia” ni un concepto de verdad que esté a la altura del proyecto de describir a la
ciencia como una búsqueda de la verdad. Toda área de conocimiento debe ser juzgada
¿Qué es esa cosa llamada ciencia? Alan F. Chalmers, 14
por sus méritos propios, sus fines y grado de alcance de los mismos. A su vez, los
juicios acerca de los fines estarán relacionados con la situación social.
El lado objetivista de la postura del autor, en cuanto al conocimiento, hace referencia
al hecho de que los individuos se enfrentan a una situación objetiva y a una serie de
métodos y materiales teóricos –que están a su disposición- para contribuir a cambiar la
situación. Una teoría puede alcanzar ciertos fines mejor que otra.
Para el autor, la función más importante de su investigación radica en combatir la
“ideología de la ciencia”, que implica el uso de los dudosos conceptos de ciencia y de
verdad. Por ejemplo, se defiende en nombre de la ciencia –entre otras cosas- el tipo de
psicología conductista que fomenta el trato de las personas como máquinas. Se defiende
en base a que ha sido adquirido a través de un método científico y por lo tanto, debe
poseer algún mérito. Las categorías generales de ciencia y método científico son
empleados también para descartar áreas de estudio. Por ejemplo, Popper arremete contra
el marxismo y la psicología adleriana por no ajustarse a su metodología falsacionista.
En opinión del autor, no hay una concepción intemporal y universal de la ciencia o del
método científico que pueda servir a los fines ejemplificados en el párrafo anterior. No
es lícito defender o rechazar áreas de conocimiento porque no se ajustan a algún criterio
prefabricado de cientificidad.
http://www.lafacu.com/sintesis/ciencia.htm

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